Función sensorial
La función sensorial en los niños se refiere al proceso mediante el cual el cerebro recibe, organiza y responde a la información que llega a través de los sentidos: vista, oído, tacto, gusto, olfato y los sentidos internos como el vestibular (equilibrio) y propiocepción (conciencia corporal). Este proceso es fundamental para que los niños interactúen con el mundo, aprendan y desarrollen habilidades motoras, emocionales y cognitivas.
¿Por qué es importante la función sensorial en los niños?
Desarrollo motor: Los niños necesitan sentir texturas, explorar objetos y moverse para coordinar sus músculos y desarrollar habilidades motoras finas y gruesas. Regulación emocional: La integración sensorial les ayuda a regular sus emociones y a reaccionar de manera adecuada a los estímulos externos. Aprendizaje: A través de los sentidos, los niños exploran su entorno, desarrollan habilidades cognitivas y descubren el mundo. Interacción social: Los sentidos también son esenciales para comunicarse y relacionarse con los demás.
¿Cómo intervienen los juguetes en la función sensorial?
Los juguetes son herramientas clave para estimular los sentidos y fomentar el desarrollo sensorial en los niños. Dependiendo de sus características, los juguetes pueden activar uno o varios sentidos. Aquí algunos ejemplos:
Tacto
Juguetes de texturas variadas: Como bloques suaves, rugosos o con relieve, ayudan a los niños a diferenciar sensaciones táctiles. Masas moldeables (plastilina, slime): Mejoran la percepción táctil y la fuerza de las manos.
Vista
Juguetes de colores brillantes o contrastantes: Ayudan a desarrollar la percepción visual y el reconocimiento de formas y colores. Juguetes con luces o patrones cambiantes: Estimulan la atención visual.
Oído
Instrumentos musicales infantiles: Como tambores, maracas o xilófonos, promueven la percepción auditiva y la coordinación. Juguetes que producen sonidos al manipularlos: Estimulan la asociación causa-efecto.
Gusto y olfato
Juguetes comestibles o seguros para el contacto oral: Pueden ser ideales para explorar sabores y texturas. Juguetes aromatizados: Como plastilinas con olores, ayudan a desarrollar el sentido del olfato.
Propiocepción y sistema vestibular
Balancines, columpios o juguetes para trepar: Ayudan a desarrollar el sentido del equilibrio y la coordinación. Pesos o juguetes que se empujan o arrastran: Estimulan la conciencia corporal.
Beneficios de los juguetes sensoriales:
Mejoran la coordinación ojo-mano. Fomentan la exploración independiente y el aprendizaje autodirigido. Ayudan en casos de necesidades especiales, como niños con trastorno del procesamiento sensorial, autismo o TDAH. Favorecen la autorregulación emocional al permitir que los niños canalicen su energía o ansiedad.